Universidad Libre de Costa Rica
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La seguridad nace en el barrio, cuando la organización comunitaria vence al delito: Un enfoque criminológico sobre el impacto de la participación vecinal en la reducción de la delincuencia en Costa Rica.
En Costa Rica, el delito no siempre retrocede con más policías ni más cámaras. A veces retrocede con algo más simple: vecinos organizados. Según el Programa Sembremos Seguridad del Ministerio de Seguridad Pública, los barrios que establecen redes de apoyo y organización comunitaria logran una reducción de hasta un 30% en los índices de delincuencia, la clave no es solo vigilar, sino participar, conocer, cuidarse entre todos. La seguridad comunitaria devolvió una verdad olvidada: el barrio es el primer territorio de protección. Actualmente se vive una transformación social marcada por temor, retraimiento del espacio público y desconfianza social. Sin embargo, frente a la percepción creciente de inseguridad, existe un mecanismo tan antiguo como efectivo: la organización vecinal.
La criminología sostiene que las intervenciones comunitarias modifican el entorno y disminuyen oportunidades delictivas (Felson & Clarke, 1998). De ahí que el involucramiento ciudadano no sea “colaboración voluntaria”, sino una herramienta estratégica para la prevención del delito: “Un barrio que se conoce es un barrio difícil de delinquir”.
La comunidad como barrera criminológica, desde la cual se puede recomendar acciones esenciales:
- Recuperación de espacios públicos
- Actividades deportivas o culturales activan la vigilancia natural del entorno.
- Identificación de riesgos mediante mapas comunitarios
- Calles oscuras, lotes abandonados, puntos ciegos: si se conocen, se intervienen.
- Fortalecimiento de redes vecinales para alertas ante eventos sospechosos
- Reuniones periódicas para coordinar soluciones
Todo esto responde al principio CPTED (Crime Prevention Through Environmental Design), “en su traducción al español (Prevención del Delito mediante el Diseño Ambiental)”, donde el control natural del espacio inhibe al delincuente (Atlas, 2013). La criminología ha demostrado que el delito no solo depende de la intención delictiva, sino de la oportunidad (Felson, 2008). Cuando el barrio está organizado, la oportunidad desaparece: “La seguridad comunitaria es prevención, no reacción”.
Del miedo individual a la corresponsabilidad social, Costa Rica ha privilegiado políticas de reacción: más policía, más controles, más rondas. No obstante, la evidencia señala que el delito no se reduce cuando llega la patrulla, sino cuando la comunidad actúa antes. Organismos internacionales como ONU-Hábitat sostienen que la cohesión social genera entornos más seguros que cualquier patrullaje policial. La comunidad puede hacer lo que el Estado no logra: presencia permanente.
La prevención comunitaria transforma el espacio social en tres dimensiones:
Dimensión
Impacto
Participación vecinal
Reduce oportunidades delictivas
El espacio “vivo” desplaza el delito
Reduce oportunidades delictivas
Vigilancia natural
Sustituye vigilancia reactiva por presencia activa
Fuente: Elaboración propia, 2025
De la frase “La seguridad urbana no se resuelve con miedo ni encierro, sino con colectividad”, se desprende que la seguridad comunitaria demuestra que no se necesita un patrullero en la esquina para vivir sin miedo. Se necesita un vecino dispuesto a cuidar a otro.
“La seguridad no se espera. Se construye”
Cuando una comunidad deja de encerrarse y empieza a organizarse, el crimen pierde territorio. La seguridad comunitaria demuestra que no se necesita de más policías para vivir sin miedo: se necesita de una buena cohesión entre vecinos, que permita atender al otro en un momento de riesgo, temor, es por eso que cuando las calles se ocupan, cuando los parques se llenan de vida, cuando las personas se saludan por su nombre y reconocen quiénes forman parte del entorno, el delito pierde terreno. La organización vecinal no solo previene el crimen, sino que reconstruye algo más valioso: la confianza social.
Foto: www.nacion.com
“La seguridad no llega desde afuera: se construye desde adentro, desde el barrio”
Cada vez que una comunidad decide reunirse, identificar riesgos, recuperar un espacio público o simplemente estar alerta ante algo inusual, está enviando un mensaje claro al delito: aquí no hay oportunidades. La prevención efectiva no es miedo ni encierro, es participación activa.
El llamado es simple y profundo:
· Conozcámonos.
· Organicémonos.
· Cuidémonos.
Porque cuando una comunidad deja de verlo todo como problema individual y empieza a verse como red de apoyo, la seguridad deja de ser un deseo y se convierte en un resultado.
Fuentes Bibliográficas
Atlas, R. (2013). 21st Century Security and CPTED: Designing for Critical Infrastructure Protection and Crime Prevention. CRC Press.
Felson, M., & Clarke, R. V. (1998). Opportunity makes the thief. Home Office.
Felson, M. (2008). Routine Activity Approach. In Wortley & Mazerolle (Eds.), Environmental Criminology and Crime Analysis. Willan Publishing.
Ministerio de Seguridad Pública. (2024). Programa Sembremos Seguridad: impacto de la organización vecinal en la prevención del delito. Costa Rica.
ONU-Hábitat. (2022). Comunidades seguras y cohesión social en territorios urbanos latinoamericanos.
