Universidad Libre de Costa Rica
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Casas solas, comunidades alertas: la prevención vecinal como escudo tras las vacaciones.
El retorno de la temporada festiva revela la vulnerabilidad de los hogares desocupados y la importancia de una vigilancia comunitaria activa, tras las vacaciones, el regreso a casa puede traer sorpresas indeseadas: puertas forzadas, ventanas dañadas o pertenencias desaparecidas. Desde el modelo preventivo de la línea estratégica Costa Rica +Segura desarrollada por la Unidad para la Prevención y Análisis Criminológico (UPAC) de la Escuela de Criminología de la Universidad Libre de Costa Rica (ULICORI), se señala que las casas solas durante la época festiva se convierten en uno de los principales blancos para el hurto y la intrusión. Mientras las familias disfrutan de paseos en lugares cómo playas, montañas o actividades sociales, los delincuentes observan patrones de ausencia y aprovechan las señales que quedan en el entorno. La seguridad comunitaria emerge como la herramienta más efectiva para prevenir estos delitos.
La ausencia que deja huellas en los hogares, han sido interpretadas por la criminología ambiental, la cual advierte que los domicilios desocupados generan un patrón predecible que los infractores identifican con facilidad. Elementos como luces apagadas por días, acumulación de basura o vehículos ausentes indican que la vivienda está sola, frente a este escenario como un punto crítico: las casas sin supervisión aumentan significativamente la probabilidad de intrusión y hurto residencial. El problema no es únicamente la ausencia física, sino la falta de estrategias de protección comunitaria.
“Una casa sola es más vulnerable; una comunidad sola, aún más”
Las señales que alertan al delincuente.
Las conductas que incrementan la vulnerabilidad de las viviendas luego de un periodo vacacional:
- No avisar a vecinos de confianza sobre la ausencia: La vigilancia natural desaparece si la comunidad no está informada. Cuando nadie está atento a movimientos extraños, la casa queda expuesta.
- Dejar evidencias digitales de que la vivienda está desocupada: Publicaciones en redes indicando “vacaciones”, “viaje familiar”, “nos vemos en una semana” o fotos en tiempo real generan un mapa predictivo para el delincuente.
- Descuidar elementos físicos visibles desde la calle: Basura acumulada, cortinas cerradas por días, luces apagadas o carros estacionados en el mismo lugar indican desocupación prolongada.
- No asegurar puntos vulnerables de ingreso: Puertas secundarias, ventanas traseras o portones sin candados representan accesos fáciles para una intrusión silenciosa y rápida.
Estos comportamientos combinan factores que la criminología denomina oportunidad + anonimato + tiempo, una mezcla ideal para el delito en barrios con baja interacción comunitaria. La casa sola no es el problema, la comunidad desconectada sí, el hurto residencial durante vacaciones no debe analizarse solo como un delito contra la propiedad, sino como un síntoma de un fenómeno más amplio: la debilidad de los lazos comunitarios.
Desde la criminología social, las comunidades cohesionadas presentan:
- Mayor vigilancia natural.
- Más comunicación entre vecinos.
- Detección de patrones anormales.
- Mayor reporte espontáneo de movimientos sospechosos.
Pero cuando la comunidad es distante, fragmentada o indiferente, la ausencia de un hogar pasa desapercibida y se convierte en terreno fértil para el delito.
“El delincuente actúa cuando nadie mira, pero también cuando nadie se conoce”
La solución, entonces, no está solo en cerraduras o alarmas, sino en fortalecer la red social del barrio. La seguridad comunitaria no es un concepto abstracto: es una práctica cotidiana que se construye con la confianza, la comunicación y la vigilancia compartida. Cuando una familia se va de vacaciones, toda la comunidad tiene la oportunidad y la responsabilidad de actuar como un cinturón de protección.
La evidencia es clara: los barrios donde las personas se conocen sufren menos delitos residenciales. No porque cuenten con tecnología más avanzada, sino porque tienen ojos atentos y manos dispuestas a ayudar.
“La comunidad es la mejor alarma y el vecino, el mejor sistema de seguridad”
La invitación es concreta:
🏘️ Hablemos más entre vecinos
👀 Estemos atentos a movimientos inusuales
🔄 Organicemos redes vecinales de apoyo
📬 Ofrezcamos vigilancia temporal a quienes viajan
🔔 Reportemos cualquier situación sospechosa sin esperar a que sea tarde
Fuente: Elaboración propia, 2025
La seguridad no se delega: se comparte. Y cuando una comunidad asume que proteger la casa del vecino también es proteger la propia, se convierte en un entorno fuerte, resistente y menos atractivo para el delito.
“Porque al final, las vacaciones terminan, pero la seguridad comunitaria debe continuar todo el año”
Fuentes Bibliográficas
Ministerio de Seguridad Pública. (2024). Recomendaciones para viviendas desocupadas durante vacaciones. Costa Rica.
Sampson, R. (2012). Great American City: Chicago and the Enduring Neighborhood Effect. University of Chicago Press.
Felson, M. (2008). Routine Activity Approach. In Wortley & Mazerolle (Eds.), Environmental Criminology and Crime Analysis. Willan Publishing.
