Turismo seguro, naturaleza protegida: la responsabilidad ambiental en vacaciones.

Playas, montañas y parques nacionales son escenarios de disfrute, pero también requieren una conducta preventiva para evitar daños ambientales y riesgos a la seguridad pública. En Costa Rica, cada temporada de vacaciones trae consigo un aumento significativo en las visitas a playas, parques nacionales y zonas montañosas. Sin embargo, también incrementan los incidentes ambientales: incendios provocados por colillas o fogatas, contaminación por desechos, afectación de fauna y riesgos de accidentes por descuidos humanos. El documento del Segundo Bloque de Tips advierte sobre la necesidad de mantener una conducta preventiva que garantice tanto la seguridad personal como la protección del entorno natural durante estas visitas.

“La seguridad verde no solo protege la naturaleza: protege la vida”

El viajar es un privilegio, cuidar es una responsabilidad, por eso el turismo en entornos naturales se ha convertido en una de las principales actividades recreativas de las familias costarricenses. Sin embargo, la criminología ambiental y la seguridad verde advierten que las acciones humanas, incluso las que parecen insignificantes, pueden desencadenar incidentes ambientales graves como con pequeñas conductas negligentes, se podría causar un daño al ecosistema como dejar basura en playas o encender fogatas en zonas protegidas, generan riesgos ambientales acumulativos.

Cuando los espacios naturales se saturan de personas, también se saturan de riesgos.

“El turismo sostenible no consiste solo en disfrutar la naturaleza, sino en preservarla para quienes vendrán después”

Los riesgos humanos en entornos naturales dejan una vulnerabilidad en el entorno natural, por eso se debe de resaltar distintas prácticas preventivas que deben fortalecerse en vacaciones:

  1. No dejar basura en playas, ríos o zonas verdes: Los desechos plásticos, latas y restos de comida se convierten en amenazas directas para la fauna silvestre. Además, generan contaminación visual y afectan los ecosistemas costeros y montañosos.
  2. Evitar fogatas y colillas encendidas en áreas protegidas: El aumento de incendios forestales está vinculado principalmente a acciones humanas irresponsables. Estos siniestros destruyen hábitats, desplazan fauna y afectan la biodiversidad.
  3. Respetar senderos y no ingresar a zonas restringidas: Salir de los caminos oficiales incrementa el riesgo de accidentes personales, erosión del suelo y alteración de ecosistemas vulnerables.
  4. No alimentar a la fauna silvestre: Se enfatiza que alimentar animales cambia su comportamiento natural, los expone a enfermedades y altera la cadena ecológica.

Estos comportamientos, aunque comunes, constituyen lo que la criminología ambiental denomina “daño difuso”: acciones que por sí solas parecen pequeñas, pero acumuladas generan un impacto significativo y sostenido.

La seguridad verde como extensión de la seguridad comunitaria no es solo una responsabilidad individual, sino un esfuerzo colectivo. Comercios, comunidades locales, autoridades turísticas y visitantes forman parte de un mismo ecosistema de protección. Desde una perspectiva criminológica, el daño ambiental no se percibe como un “delito inmediato” porque sus efectos no siempre son visibles. Sin embargo, los estudios de seguridad verde señalan que:

  • La negligencia es una forma de riesgo que se convierte en daño.
  • La acumulación de desechos transforma un entorno seguro en un entorno peligroso.
  • El irrespeto a las regulaciones ambientales crea escenarios que facilitan incendios, afectación de fauna y accidentes humanos.

Así, el turista irresponsable se convierte, sin intención, en generador de daño ecológico.

“La seguridad del entorno natural es también la seguridad de quienes lo visitan”

La época de vacaciones debe ser un espacio de descanso y conexión con la naturaleza, pero nunca a costa de ella. La seguridad verde nos recuerda que cada decisión que tomamos en playas y zonas montañosas tiene un impacto directo en la conservación ambiental y en la seguridad de quienes comparten esos espacios.

Cuidar un parque nacional, una playa o un sendero no es un deber para ambientalistas; es un deber para todos. No dejar basura, respetar senderos, evitar fogatas y proteger a la fauna son actos que fortalecen la seguridad del entorno y previenen daños irreversibles.

“La naturaleza nos recibe sin pedir nada; lo mínimo que podemos hacer es no dejar huella”

La invitación es clara:

🌱 Seamos turistas responsables

🔥 Eliminemos toda conducta que pueda generar incendios

🚯 Regresemos con la basura que llevamos

🦥 Respetemos la fauna y su espacio

🏞️ Sigamos los senderos autorizados

Fuente: Elaboración propia, 2025

 

El turismo sostenible es una forma de prevención y la seguridad ambiental es una forma de amor hacia nuestro país. La responsabilidad colectiva es la única garantía de que Costa Rica seguirá siendo un lugar mágico e intacto para las futuras generaciones.

“Porque la seguridad verde no solo protege el ambiente: protege nuestra identidad y nuestro futuro”

 

Fuentes Bibliográficas

Ministerio de Seguridad Pública. (2024). Recomendaciones ambientales para actividades turísticas en temporada alta. Costa Rica.

Sánchez, L. (2020). Criminología ambiental y protección de ecosistemas turísticos. Editorial Arboleda.

United Nations Environment Programme (UNEP). (2023). Tourism and Environmental Sustainability Report.